martes, 13 de marzo de 2012
Mujeres en el Temple
Sobre el temple, estamos hartos de ver libros sobre su historia, sobre su
leyenda… El mito es muy amplio, pero sobre la presencia de la mujer en el Temple,
parece que se habla poco. En este articulo, quiero, por lo menos, constatar que
sí hubo presencia femenina en la Orden del Temple, si bien a un nivel diferente
al de los hombres.
Una de las
historias más aceptadas, es la que
afirma que formaban una organización aparte, paralela y semejante a las órdenes
religiosas masculinas.
Algunos historiadores hablan de “Damas del Temple”
refiriéndose a aquellas monjas templarias que realizaban trabajos de hospital. Además, se dedicaban a asuntos como confeccionar
los
uniformes de los Caballeros: mantos, dalmáticas, mantas, etc. (lo que
se considera trabajo de pañero). Asimismo,
solían realizar trabajos de siembra y recogida de cereales o cuidado de
ganado. Solían almacenar todas las cosechas y los productos lácteos que
fabricaban (quesos,
etc.) para enviarlos a los Caballeros de Tierra Santa.
Según esta teoría, las “damas templarias” podrían estar adscritas a la Orden desarrollando una labor
más secundaria y de mantenimiento que otra cosa.
Pero ¿hubo presencia de mujeres combatientes en la orden? ¿Sólo cumplían
estas labores de “monjas templarias”? ¿Hasta qué punto llegaba su presencia en
la Orden?
Si seguimos la Regla
tendríamos que afirmar rotundamente NO. Pero según la documentación existente, conocemos
la presencia de hermanas templarías, no como
guerreras, pero sí realizando labores de colaboración, donación e
incluso pronunciando los votos de castidad, pobreza y obediencia.
Algunos ejemplos de “mujeres templarías” documentadas:
Archivo
Histórico Nacional de Madrid, sección de Ordenes Militares, Temple, carpeta
567.
Entre los 28 documentos relativos a la extinción de la Orden y un apéndice con otros tres documentos que contiene esta
carpeta, hay un acta notarial, documento importantísimo, que contiene la
donación del lugar de Loureiro (Lugo)
hecha por Petrus Rodriquiz y su
esposa Guntroda Pelagiez. La
donación se la hacen a doña Urraca
Vermudez "soror militie templi" (se lee al final de la primera
línea del documento). Está datado a VI de las nonas Maius de la era 1227 (2 de
mayo de 1181). A nuestro modo de ver, sobran mayores comentarios, pues resulta
evidente de la propia cita textual, que doña Urraca recibe la donación en manos
de la Orden, puesto que doña Urraca figura expresamente como hermana (soror,
monja, un sentido unívoco e indudable) de la Caballería del Templo y no de modo
particular e individual, ya que entonces su nombre iría sin la “titulación” que
la acompaña.
Recogidas por Loredana Imperio son:
1297, Gilotte, mujer de Robert d’Attichy,
hermana del Temple de la casa de Arrás.
1267, Agnes Chatela acogida como hermana
templaria, en la Preceptoría de Bras, en
Provenza.
1307, del inventario de bienes requisados a los
templarios Jean de Hulles y Thomas de
Savières del Priorato de Payns.
Se tiene constancia documental que vivía una 'hermana templaria' con su criada
que le correspondía la ración de vino en la comidas como a los caballeros y a
los sargentos profesos (Articulo 11 de la Regla).
1309, la declaración de Ponsard de Gizy, perceptor de Payns a fecha de 27 de Noviembre de
ese año afirma: “que los Maestres que
creaban hermanos y hermanas del Temple, les hacían prometer a las mencionadas
hermanas obediencia, castidad, pobreza y los mencionados Maestres les prometían
fe y lealtad como sus hermanas.”
Dos años después, víctima de la prisión y seguro
de una presión psicológica promovida por Guillermo
de Nogaret, llega este testigo a afirmar: “... que los Maestres se solazaban con las hermanas y tenían hijos de
ellas.”
En España tenemos constancia de un convento femenino en uno de los tramos
del camino de Santiago, zona de Ponferrada,
allá a mediados del siglo XIII.
En Castilla-León
encontramos tradiciones orales de la presencia de estas sorores templi: En Villar de Leches donde hubo una Virgen Negra, conocida como la
Magdalena, habiendo dudas sobre su origen, diversos autores afirman que fue
benedictino o tal vez hubo convento templario incluso de monjas templarias.
En el País
Vasco, en Salinas de Añana (Álava),
el convento actual de las monjas sanjuanistas
parece ser que fue primero de la Orden del Temple, acabando en manos de la
Orden Hospitalaria tras la disolución de la anterior.
Es tradición que el convento de San Francisco de Tineo, Asturias, fuera
también convento de monjas templarias.
Si sirve también como dato, actualmente en
España sólo hay cinco conventos de monjas hospitalarias: Sigena,
Barcelona, Gandía, Zamora y Salinas de Añana.
El historiador y especialista Justo Navarro, concluye en una de sus investigaciones, siguiendo el documento fechado en
1181, acta notarial, conservado en el Archivo Histórico Nacional de Madrid, nos
encontramos con una hermana templaría peninsular. En este documento Petrus
Rodríguez y su esposa Guntroda Pelagiez realizan una donación a Urraca Vermúdez
la cual es calificada como “soror militie templi”, una hermana templaría.
(Hemos hecho alusión más arriba de este artículo).
Estos
documentos, en definitiva, prueban la
presencia de mujeres pertenecientes al Temple de pleno derecho y no sólo asociadas.
De pleno derecho porque existen otros documentos que lo testifican. Además, que
era una práctica habitual en otras órdenes, como en la de los Hospitalarios.
La ruptura con
el artículo de la Regla, en la que se prohibía la presencia de mujeres, debe
entenderse como un proceso evolutivo de la Orden, es decir, aunque la Regla era
el sostén de la vida templaria, con el paso del tiempo ésta se fue viendo
superada por los acontecimientos, y lo que en un principio se quería evitar,
posteriormente pudo ir siendo aceptado como un apoyo o mejora de la Orden, y
aunque no estaba sobre el papel era una realidad del día a día.
Así lo
identifica Loredana Imperio, citada
anteriormente, siendo una de sus teorías, teniendo en cuenta que: “10 de Agosto de 1293, Jacobo de Molay,
convocó en Montpellier su primer Capítulo General donde, entre otras cosas, se
habló de la reforma de la Regla y de reorganización de la Orden”. Algo que
por las consecuencias posteriores no tuvo lugar.
Así con estos
datos podemos concluir que la presencia de la mujer en el Temple, fue un hecho,
aunque limitado o casi nulo de forma oficial, pero sí en la práctica palpable,
lo que no puede quitar mérito, ni valor, ni veracidad a la historia de la Orden
del Temple.
BIBLIOGRAFIA:
Barber, M. Templarios,
la nueva caballería. Ed. MR, 2001. Pág. 229-231
Imperio, Loredana.
“La Regla del Temple, una elección de vida”. Revista Templarios nº 5 Mayo-Junio
2002. Ed. Trentini. Pág. 38
Extraido de: La Aventura de la
Historia.: ¿Cómo se ingresaba en la Orden del Temple?
http://historiaymitos.blogspot.com/2008/10/cmo-se-ingresaba-en-la-orden-del-temple.html
Vinas Turalyon
Archivo Histórico Nacional de Madrid, sección
de Ordenes Militares, Temple, carpeta 567.
Sor +Isabel Pérez.
DAMA DEL TEMPLE
DAMA DEL TEMPLE
Excelente artículo. Felicidades.
ResponderEliminarUn saludo.
Roser.