De entre todos los santos, sólo María es incomparable en todos los aspectos. Tiene la santidad de todos ellos y, no obstante, no se parece a ninguno. Y, con todo, podemos decir que somos como ella. Esta semejanza a ella no es sólo algo que desear, sino la cualidad humana más digna de nuestro deseo: pero la razón de ello es que María, entre todas las criaturas, fue la que restauró más perfectamente la semejanza con Dios que Dios quería encontrar, en diferentes grados, en todos nosotros...
......Y, no obstante, puedo encontrarla si también yo me escondo en
Dios, donde ella está escondida. Compartir su humildad, su escondimiento y su
pobreza, su ocultamiento y su soledad, es la mejor manera de conocerla; y
conocerla así es encontrar la sabiduría: Qui me invenerit inveniet vitam et
hauriet salutem a Domino (Quien me encuentra, encuentra la vida y obtiene la
salvación del Señor: Pr. 9, 35)....
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