explicar a nadie la angustia que es Tu alegría, o la pérdida que es
poseerte, ni la distancia de todas las cosas que supone el llegar a Ti,
ni la muerte que es nacer en Ti: porque yo no sé nada de esto por mí
mismo. Todo lo que sé es que quisiera que esto terminara, y que hubiere
comenzado.
Tú contradices todo; lo has hecho. Me has dejado en tierra de nadie.
Me has tenido yendo arriba y abajo todo el día bajo esos árboles, repitiéndome una y otra vez machaconamente: “Soledad, soledad”.
Te has vuelto y me has lanzado todo el mundo sobre mí. Y me has dicho: “Deja todo y sígueme”, y entonces has atado medio Nueva York a mis pies como una bola y una cadena. Me has llevado a arrodillarme tras esa columna con mi cabeza haciendo un ruido como de un banco.
¿Es eso contemplación?
THOMAS MERTON
Tú contradices todo; lo has hecho. Me has dejado en tierra de nadie.
Me has tenido yendo arriba y abajo todo el día bajo esos árboles, repitiéndome una y otra vez machaconamente: “Soledad, soledad”.
Te has vuelto y me has lanzado todo el mundo sobre mí. Y me has dicho: “Deja todo y sígueme”, y entonces has atado medio Nueva York a mis pies como una bola y una cadena. Me has llevado a arrodillarme tras esa columna con mi cabeza haciendo un ruido como de un banco.
¿Es eso contemplación?
THOMAS MERTON
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