Contemplativa, Fundadora de las Carmelitas Descalzas Doctora de la Iglesia
FIESTA EL 15 DE OCTUBRE
"Dios no ha de
forzar nuestra voluntad; toma lo que le damos; mas no se da a sí del todo
hasta que nos damos del todo". (Santa Teresa de Jesús)
hasta que nos damos del todo". (Santa Teresa de Jesús)
Ayer, 15 de octubre, celebrabamos la Festividad de Santa Teresa:
Nace Teresa en Ávila el 28 de marzo de 1515. A los dieciocho años, entra en el Carmelo. A los cuarenta y cinco años, para responder a las gracias extraordinarias del Señor, emprende una nueva vida cuya divisa será: «O sufrir o morir». Es entonces cuando funda el convento de San José de Ávila, primero de los quince Carmelos que establecerá en España. Con san Juan de la Cruz, introdujo la gran reforma carmelitana. Sus escritos son un modelo seguro en los caminos de la plegaria y de la perfección. Murió en Alba de Tormes, al anochecer del 4 de octubre de 1582. Pablo VI la declaró doctora de la Iglesia el 27 de septiembre de 1970.
Prudencia, amabilidad y caridad, a las que añadía un gran encanto personal, le
ganaron la estima de todos los que la rodeaban.
EL Extasis de Santa Teresa de Bernini |
En algunos de
sus éxtasis, de los que nos dejó la santa una descripción detallada, se elevaba
hasta un metro. Después de una de aquellas visiones escribió la bella poesía que
dice: "Tan alta vida espero que muero porque no muero".A este propósito, comenta
Teresa: Dios "no parece contentarse con arrebatar el alma a Sí, sino que levanta
también este cuerpo mortal, manchado con el barro asqueroso de nuestros
pecados". En esos éxtasis se manifestaban la grandeza y bondad de Dios, el
exceso de su amor y la dulzura de su servicio en forma sensible, y el alma de
Teresa lo comprendía con claridad, aunque era incapaz de expresarlo. El deseo
del cielo que dejaban las visiones en su alma era inefable. "Desde entonces,
dejé de tener miedo a la muerte, cosa que antes me atormentaba mucho". Las
experiencias místicas de la santa llegaron a las alturas de los esponsales
espirituales, el matrimonio místico y la transverberación.
Santa Teresa nos dejó
el siguiente relato sobre el fenómeno de la transverberación:
"Vi a mi lado a un ángel que se hallaba a mi izquierda, en forma humana.
Confieso que no estoy acostumbrada a ver tales cosas, excepto en muy raras
ocasiones. Aunque con frecuencia me acontece ver a los ángeles, se trata de
visiones intelectuales, como las que he referido más arriba . . . El ángel era
de corta estatura y muy hermoso; su rostro estaba encendido como si fuese uno de
los ángeles más altos que son todo fuego. Debía ser uno de los que llamamos
querubines . . . Llevaba en la mano una larga espada de oro, cuya punta parecía
un ascua encendida. Me parecía que por momentos hundía la espada en mi corazón y
me traspasaba las entrañas y, cuando sacaba la espada, me parecía que las
entrañas se me escapaban con ella y me sentía arder en el más grande amor de
Dios. El dolor era tan intenso, que me hacía gemir, pero al mismo tiempo, la
dulcedumbre de aquella pena excesiva era tan extraordinaria, que no hubiese yo
querido verme libre de ella.
El anhelo de Teresa de morir pronto
para unirse con Dios, estaba templado por el deseo que la inflamaba de sufrir
por su amor. A este propósito escribió: "La única razón que encuentro
para vivir, es sufrir y eso es lo único que pido para mí". Según reveló
la autopsia en el cadáver de la santa, había en su corazón la cicatriz de una
herida larga y profunda.
En su vida tuvo que hacer frente a numerosos persecuciones por parte de quienes no veian con buenos ojos su obra y sus intentos de reformar el carmelo, le acusaban de presuncion y de hipocresía.
Fueron numerosos sus escritos:
Camino de perfeccion: para dirigir a sus religiosas.
Fundaciones: para edificarlas y alentarlas.
"Castillo Interior", puede considerarse que lo escribió para
instrucción de todos los cristianos, y en esa obra se muestra la santa como
verdadera doctora de la vida espiritual.
En julio de 1582, Santa Teresa tenía la
intención de retornar a Avila, pero se vio obligada a modificar sus planes para
ir a Alba de Tormes a visitar a la duquesa María Henríquez. La Beata Ana de San
Bartolomé refiere que el viaje no estuvo bien proyectado y que Santa Teresa se
hallaba ya tan débil, que se desmayó en el camino. Una noche sólo pudieron comer
unos cuantos higos. Al llegar a Alba de Tormes, la santa tuvo que acostarse
inmediatamente. Tres días más tarde, dijo a la Beata Ana: "Por fin, hija mía, ha
llegado la hora de mi muerte". El P. Antonio de Heredia le dio los últimos
sacramentos y le preguntó donde quería que la sepultasen. Teresa replicó
sencillamente: "¿Tengo que decidirlo yo? ¿Me van a negar aquí un agujero para mi
cuerpo?" Cuando el P. de Heredia le llevó el viático, la santa consiguió
erguirse en el lecho, y exclamó: "¡Oh, Señor, por fin ha llegado la hora de
vernos cara a cara!" Santa Teresa de Jesús, visiblemente transportada por lo que
el Señor le mostraba, murió en brazos de la Beata Ana a las 9 de la noche del 4
de octubre de 1582.
Precisamente al día
siguiente, entró en vigor la reforma gregoriana del calendario, que suprimió
diez días, de suerte que la fiesta de la santa fue fijada, más tarde, el 15 de
octubre.
Santa Teresa fue
sepultada en Alba de Tormes, donde reposan todavía sus
reliquias.
Su canonización tuvo
lugar en 1622.
El 27 de septiembre de
1970 Pablo VI le reconoció el título de Doctora de la Iglesia.
En la actualidad, las
carmelitas descalzas son aprox. 14.000 en 835 conventos en el mundo. Los
carmelitas descalzos son 3.800 en 490 conventos.
En la cruz esta el Señor
De cielo y tierra
Y el gozar de mucha paz,
Aunque haya guerra,
Todos los males destierra
......
De cielo y tierra
Y el gozar de mucha paz,
Aunque haya guerra,
Todos los males destierra
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