Es necesario tener un momento en nuestra vida para la meditación.
Preguntarnos el sentido estricto de nuestro yo interior, con nuestra exigencias externas.
Estamos sometidos continuamente a cualquier estres, angustia.
Peleamos abiertamente por encontrar un sitio en este mundo que camina a veces con un paso atropellado en la vida.
No somos capaces de pararnos....
Solo un momento de nuestra vida bastaría para poder pensar sobre lo que hacemos, sobre lo que estamos viviendo.
El hombre siempre ha buscado respuestas. Preguntas a las que dirigir sus propios pensamientos.
Hoy, subrayo la necesidad de poder buscar el alimento. Ese motor que nos conduzca a veces, a un significado concreto.
Encontramos la herramienta perfecta. Y es la oración. Pero orar sin pensar en la propia interpretación de lo que se expresa, es como decir una frase vacía sin fundamento.
Intentemos hermanos el encontrar el camino exacto hacia la meditación. Solo lo produce cuando entramos en íntima comunión con El. Cuando abrimos nuestra mente en el silencio de la oración y entonces LA VERDAD se presenta como una dulce voz que penetra en nuestros sentidos.
El templario no puede presumir SOLO de conocer la Sagrada Escritura. Las virtudes que supone conducirse con: Fe, Esperanza, Caridad,
Justicia, Prudencia, Fortaleza y Templanza; tienen un nivel de exigencia que requiere una meditación interior, un equilibrio interno y externo que debe traducirse en los propios actos.
La meditación y la oración tiene que ser continua, constante, abierta.
La «lectio divina» es una manera de entrar en diálogo con el Dios
que nos habla a través de su Palabra, ya sobre ella hemos hablado en otras ocasiones, pero si que es cierto que con la lectio divina llegamos a una buena meditación y conseguimos entrar en oración.Los pasos:
que nos habla a través de su Palabra, ya sobre ella hemos hablado en otras ocasiones, pero si que es cierto que con la lectio divina llegamos a una buena meditación y conseguimos entrar en oración.Los pasos:
LECTURA
¿Qué dice el texto?
• Leer el texto de manera atenta y respetuosa.
• Detenerse (estar-reposar) sobre el texto.
• Descubrir el mensaje de fe.
¿Qué dice el texto?
• Leer el texto de manera atenta y respetuosa.
• Detenerse (estar-reposar) sobre el texto.
• Descubrir el mensaje de fe.
MEDITACIÓN
¿Qué me dice el texto?
• Ponerse ante el espejo de la Palabra.
• Interiorizar.
• Ahondar en la propia vida.
¿Qué me dice el texto?
• Ponerse ante el espejo de la Palabra.
• Interiorizar.
• Ahondar en la propia vida.
ORACIÓN
¿Qué me hace decirle a Dios?
• Orar la Palabra: pido, alabo, agradezco, suplico…
CONTEMPLACIÓN
• Dios se me da a conocer con la experiencia
del corazón.
• Serenidad ante el misterio de Cristo.
¿Qué me hace decirle a Dios?
• Orar la Palabra: pido, alabo, agradezco, suplico…
CONTEMPLACIÓN
• Dios se me da a conocer con la experiencia
del corazón.
• Serenidad ante el misterio de Cristo.
COMPROMISO
¿Qué camino de vida me invita a tomar?
• Ver la realidad con la mirada de Dios.
• Configuración con Cristo y vida en el Espíritu.
• Anuncio, compromiso y caridad.
¿Qué camino de vida me invita a tomar?
• Ver la realidad con la mirada de Dios.
• Configuración con Cristo y vida en el Espíritu.
• Anuncio, compromiso y caridad.
Hermanos, amigos...Sabemos que no tenemos tiempo, que nuestra vida se reduce a un camino de ir y venir que es incapaz de poder tomarnos un segundo ni siquiera respirar. Pero creo firmemente que siempre hay un hueco para levantar los ojos a El que nos mira, que nos escucha y poder abrir nuestro corazón pidiendole que nos ayude y nos de respuesta interior a nuestras emociones y sentimientos.
EL NOS ESPERA. ACUDAMOS.
Sor + Isabel María Pérez Moreno
Dama del Temple
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