San
Bernardo en esta obra intenta confrontar lo que significa dejar nuestra
voluntad propia a las exigencias de la regla, y de lo que significa
afrontar una vida monástica.
El amor se opone a la voluntad propia: el amor exige gratuitidad, desembarazarnos de nuestra deseos y necesidades para buscar el bien comun que esta en los demás y en lo que nos rodea. Dios nos otorg el libre albedrio o facultad para elegir; el propio consentimiento de lo contrario no podriamos hacer ni el bien ni el mal.Pero la voluntad necesita del juicio y de la libertad para determinar las propias acciones. Le otorga dinamismo y capacidad volutiva que le lleve a obrar.
Dios nos dio esa libertad de someter nuestros caminos en una direccion u otra,esa es la Gracia divina otorgada al hombre de poder elegir entre el bien o el mal, un camino u otro.Sin embargo San Bernardo no otorga en este trabajo una negatividad a la voluntad propia: egoismo, deseo, interes...ego.....Con la base de la Regla el monje puede dirigir su voluntad hacia el bien y con el seguimiento de un guia espiritual. La voluntad ennoblece las acciones, otorga belleza, sentido, tampoco sin ella se hace nada. Pero hay que tener cuidado que no se desdoble y se encamine hacia lo que se aleja del Plan de Dios, de su voluntad....En este caso, el hombre debe desarraigarse de ella y ofrecer a Dios nuestro compromiso de abandonarnos a sus desgnios, esto es hacia el amor y la caridad.
La voluntad en este caso...se llena de racionalidad (se actua por y para qué, un por qué y unas premisas), objetividad, coherencia y sabiduría.
Hay que diferenciar entre VOLUNTAD PROPIA Y VOLUNTAD COMUN...Dos formas de querer, de actuar distintas entre si que no tiene que contraponerse...la vol. común va hacia Dios, el amor, la verdad absoluta....el bien...la voluntad propia no es de Dios es de cada persona...La propia puede hacerse comun cuando elegimos libremente acercarnos a Dios y dejamos nuestro ego (implica un proceso interno de búsqueda y de espiritualidad) el hombre ya no se ve asi mismo si no solo ve a Dios, en este caso su voluntad deja de ser propia, busca los deseo de Dios, que no es mas la justicia, la misericorida, hacia un enriquecimiento del espiritu.
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