Quieres saber cuál es la fe que da vida y consigue la victoria? Aquella por la cual Cristo habita en lo íntimo de nuestro ser. El es nuestra virtud y nuestra vida. Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, dice el Apóstol, os manifestaréis también vosotros gloriosos con él. Esa gloria será vuestra victoria. Y nos manifestaremos con él porque vencemos por él. Solamente llegan a ser hijos de Dios los que reciben a Cristo, y únicamente en ellos se cumple lo que dice la Escritura: todo el que nace de Dios, vence al mundo.

SAN BERNARDO


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Si tienes un secreto, escóndelo o revélalo (proverbio árabe)

Si tienes un secreto, escóndelo o revélalo (proverbio árabe)

Preámbulo de la Regla Primitiva del Temple

Nos dirigimos en primer lugar a aquellos que desprecian seguir su propia voluntad y
desean servir, con pureza de ánimo, en la caballería del rey verdadero y supremo, y a los que quieren cumplir, y cumplen, con asiduidad, la noble virtud de la obediencia. Por eso os
aconsejamos, a aquellos de vosotros que pertenecisteis hasta ahora a la caballería secular,en la que Cristo no era la única causa, sino el favor de los hombres, que os apresuréis a asociaros perpetuamente a aquéllos que el Señor eligió entre la muchedumbre y dispuso, con su piadosa gracia, para la defensa de la Santa Iglesia.
Por eso, oh soldado de Cristo, fueses quien fueses,

que eliges tan sagrada orden, conviene que en tu profesión lleves una pura diligencia y firme
perseverancia, que se sabe que es tan digna y sublime para con Dios que, si pura y
perseverantemente se observa por los militantes que diesen sus almas por Cristo, merecerán
obtener la suerte; porque en ella apareció y floreció una orden militar, ya que la caballería,
abandonando su celo por la justicia, intentaba no defender a los pobres o iglesias sino
robarlos, despojarlos y aun matarlos; pero sucedió que vosotros, a los que nuestro señor y
salvador Jesucristo, como amigos suyos, dirigió desde la Ciudad Santa a habitar en Francia y
Borgoña, no cesáis, por nuestra salud y propagación de la verdadera fe, de ofrecer Dios
vuestras almas en víctima agradable a Dios......SAN BERNARDO

sábado, 9 de marzo de 2013

IGLESIA DEL SANTO SEPULCRO DE TORRES DEL RIO


Localidad: TORRES DEL RÍO
Zona: Zona Media
Siglos de construcción: XII
Estilo: Románico
Poco antes de abandonar Navarra, el Camino de Santiago, nos ofrece este bello y recogido ejemplar del románico del siglo XII, que fue capilla funeraria y faro del Camino de Santiago.

Según algunos historiadores, el Santo Sepulcro de Torres del Río podría haber sido obra de los caballeros del Temple. Este extremo no se ha podido confirmar pero añade misterio a esta obra, que fue construida a semejanza del templo del Santo Sepulcro de Jerusalén, pero adaptando los conocimientos islámicos a la manera de construir de los cristianos.

De planta octogonal, la iglesia del Santo Sepulcro es un raro ejemplo del arte medieval, ya que frente a la horizontalidad y pesadez del románico, en este templo todo conduce a la verticalidad. En su interior, la impresionante bóveda de nervios entrecruzados le hará recordar el arte hispanomusulmán.
La iglesia del Santo Sepulcro se encuentra inegrada en el casco urbano de Torres del Río, pequeña localidad jacobea situada en la Zona Media de Navarra, entre lo alto de una colina y una profunda hondonada, ya cerca de tierras riojanas. El visitante se encuentra ante una joya del románico, edificada en torno a 1170 como réplica de la basílica de Jerusalén, en la que la forma circular se ha sustituido por otra poligonal.

Ligada desde su origen al Camino de Santiago, fue faro de peregrinos, a quienes orientaba gracias a la luz prendida en la linterna que corona el edificio. El terreno que la circunda, sirvió además como cementerio de caminantes.

De planta octogonal y con un acabado perfectamente compensado, es un edificio sobrio y armonioso en el que diferenciará claramente tres cuerpos: el primero de ellos, ciego; el segundo, iluminado por dos pequeñas ventanas; y el superior, abierto en ventanas de medio punto que iluminan la espléndida cúpula interior. A ambos lados, el edificio conserva el ábside y una torre cilíndrica, y sobre el tejado de ocho aguas, se erige una linterna también octogonal que reproduce en miniatura el propio cuerpo del templo.

Si queremos acceder al edificio, lo haremos por la puerta del lado sur, cuyo tímpano nos presenta una cruz patriarcal, insignia de la Sagrada Orden Militar del Santo Sepulcro de Jerusalén.

En el interior, la mirada se alza hacia la magnífica cúpula de gruesos nervios de influencia califal que corona el conjunto y que dibuja una estrella de ocho puntas iluminada por una luz tenue luz que se filtra por las celosías. Su nervadura le recordará modelos islámicos similares a los de algunas mezquitas, lo que permite especular con la posibilidad de que el monumento fuese construido por artesanos mudéjares que habrían llegado a Torres del Río desde la orilla del Guadalquivir.

Y en el ábside, custodiando el templo, un Cristo del siglo XIII, también conocido como el Santo Cristo de los Caballeros del Sepulcro. Allí también observará delicadas columnas, y capiteles de influencia morisca que reproducen monstruos y centauros.

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