Quieres saber cuál es la fe que da vida y consigue la victoria? Aquella por la cual Cristo habita en lo íntimo de nuestro ser. El es nuestra virtud y nuestra vida. Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, dice el Apóstol, os manifestaréis también vosotros gloriosos con él. Esa gloria será vuestra victoria. Y nos manifestaremos con él porque vencemos por él. Solamente llegan a ser hijos de Dios los que reciben a Cristo, y únicamente en ellos se cumple lo que dice la Escritura: todo el que nace de Dios, vence al mundo.

SAN BERNARDO


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Si tienes un secreto, escóndelo o revélalo (proverbio árabe)

Si tienes un secreto, escóndelo o revélalo (proverbio árabe)

Preámbulo de la Regla Primitiva del Temple

Nos dirigimos en primer lugar a aquellos que desprecian seguir su propia voluntad y
desean servir, con pureza de ánimo, en la caballería del rey verdadero y supremo, y a los que quieren cumplir, y cumplen, con asiduidad, la noble virtud de la obediencia. Por eso os
aconsejamos, a aquellos de vosotros que pertenecisteis hasta ahora a la caballería secular,en la que Cristo no era la única causa, sino el favor de los hombres, que os apresuréis a asociaros perpetuamente a aquéllos que el Señor eligió entre la muchedumbre y dispuso, con su piadosa gracia, para la defensa de la Santa Iglesia.
Por eso, oh soldado de Cristo, fueses quien fueses,

que eliges tan sagrada orden, conviene que en tu profesión lleves una pura diligencia y firme
perseverancia, que se sabe que es tan digna y sublime para con Dios que, si pura y
perseverantemente se observa por los militantes que diesen sus almas por Cristo, merecerán
obtener la suerte; porque en ella apareció y floreció una orden militar, ya que la caballería,
abandonando su celo por la justicia, intentaba no defender a los pobres o iglesias sino
robarlos, despojarlos y aun matarlos; pero sucedió que vosotros, a los que nuestro señor y
salvador Jesucristo, como amigos suyos, dirigió desde la Ciudad Santa a habitar en Francia y
Borgoña, no cesáis, por nuestra salud y propagación de la verdadera fe, de ofrecer Dios
vuestras almas en víctima agradable a Dios......SAN BERNARDO

martes, 25 de diciembre de 2012

LA NAVIDAD



En el principio era el Verbo, y frente a Dios era el Verbo, y el Verbo era Dios. Él estaba frente a Dios al principio. Él se hizo todo y nada llegó a ser sin Él. Lo que llegó a ser, tiene vida en Él, y para los hombres esta vida es la luz. La luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no pudieron vencer la luz. Porque la luz llegaba al mundo, la luz verdadera que ilumina a todo hombre. Ya estaba en el mundo y por Él se hizo el mundo, pero este mundo no lo conoció. Vino a su propia casa y los suyos no lo recibieron. Pero a todos los que lo recibieron, les concedió ser Hijos de Dios. Estos son los que creen en su Nombre. Pues aquí se nace sin unión física, ni deseo carnal, ni querer de hombre: estos han nacido de Dios. Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros; hemos visto su gloria, la que corresponde al Hijo Único cuando su Padre lo Glorifica. En Él estaba la plenitud del Amor y de la Fidelidad. (Juan 1: 1-14) 



La fiesta de Navidad es la celebración de la luz divina, irrumpiendo en la conciencia humana. La luz es tan brillante que es imposible, a primera vista, captar su significado completo. Sólo un entendimiento intuitivo como el que tuvieron los pastores, nos hace posible disfrutarla. Más tarde, a medida que nuestros ojos se adaptan a la luz, percibimos poco a poco todo lo que está contenido en este Misterio, culminando en la fiesta cumbre de la
Epifanía, la manifestación del Niño Divino en Belén.

Intentemos captar el significado del Verbo hecho Carne. La palabra en el Nuevo Testamento griego para carne es sarx. El significado de sarx es la condición humana, esos niveles incompletos, inmaduros, no evolucionados de la conciencia humana. Es la conciencia humana en su sumisión al pecado. Jesús no asumió solamente el cuerpo y alma humanos; asumió la condición humana integra, incluyendo las necesidades instintivas de la naturaleza humana y los acondicionamientos culturales de su época. 


Sarx es la condición humana encerrada en sí misma; caída y sin deseos de levantarse. Es la condición humana entregada a la supervivencia biológica en si misma, ya sea de su propia persona, del clan, de la nación o de la raza. La palabra griega soma se refiere al cuerpo cuando se abre a una evolución superior: es la condición humana abierta al desarrollo. "El Verbo se hizo carne" significa que al tomar la condición humana sobre si mismo con todas sus consecuencias, Jesús introdujo el principio de trascendencia a toda la familia humana, dando al proceso evolutivo un empuje decisivo hacia la conciencia divina.

En la Epístola a los Romanos, Adán es el símbolo de solidaridad con la carne (sarx). Todo el mundo comparte el sarx de Adán y por lo tanto forma una personalidad corporativa con él. Cristo, al asumir la condición humana exactamente como es, la penetra hasta sus raíces y se convierte en el origen de una nueva personalidad corporativa abierta a la trascendencia. El Espíritu, el principio de trascendencia, libera la condición humana (sarx) para que se mueva hacia la nueva personalidad corporativa que Pablo llama el Cuerpo de Cristo. Nuestra participación en el Cuerpo de Cristo tiene un significado corporativo y cósmico. Decir que no a esa participación es el significado primario de pecado en el Nuevo Testamento. Es la elección de seguir siendo solamente carne (sarx), esto es, de ser dominado por las programaciones de felicidad centradas en uno mismo. Es optar por salirse del plan divino de transformación de la conciencia humana en la conciencia de Cristo. De esta transformación es de lo que se trata la Navidad, es el proceso de crecimiento que inaugura el Evangelio y al cual todos estamos llamados. La naturaleza humana centrada en sí misma busca cada vez más y mejores maneras de permanecer tal cual está, porque eso parece garantizar su supervivencia. Pero optar por el status quo es solidarizarse con Adán y rechazar a "el Cristo". 


"A todos aquellos que lo recibieron, les dio el poder de convertirse en hijos de Dios", esto es, de conocer su Origen divino. Este es el Misterio de la Palabra de Dios hecha carne. Carne no sólo significa piel y huesos, significa los valores mundanos de las programaciones para la felicidad centradas en uno mismo que están fuertemente arraigadas en nuestros hábitos conscientes e inconscientes y en una sobreidentificación con la propia familia, tribu o nación. Cristo, al unirse a la familia humana, se ha sometido a las consecuencias de la carne y, a la vez ha introducido en ella el principio de redención de todos los niveles pre-racionales de conciencia. Nuestro propio desarrollo hacia niveles más altos de conciencia es la punta de lanza de la personalidad corporativa de "el Cristo". el desdoblamiento gradual en tiempo del nuevo Adán. Todo acto está motivado por esa visión; toda la curación de cuerpo, de alma o de males sociales, está contribuyendo al crecimiento del Cuerpo de Cristo y por lo tanto al pleroma. Esto ocurrirá cuando suficientes individuos hayan entrado a la conciencia de Cristo y la hayan hecho suya.

El gozo de la Navidad es la intuición de que han sido superadas todas las limitaciones de crecimiento hacia estados más elevados de conciencia. La luz divina traspasa toda oscuridad, prejuicio, ideas preconcebidas, valores preestablecidos, expectativas falsas, hipocresía y falsedad. Nos presenta la verdad. Actuar sobre la base de la verdad es hacer que Cristo crezca, no solo en nosotros mismos, sino en los demás. Así, los acontecimientos y los trabajos tediosos de nuestra vida cotidiana se vuelven sacramentales, inyectados con implicaciones eternas. Esto es lo que celebramos en la liturgia. El Kairos, el "tiempo preciso", es ahora. Según Pablo "el tiempo de la salvación es ahora", esto es, el tiempo en el que está disponible toda la misericordia de Dios. El tiempo de arriesgarse a un mayor crecimiento es ahora. Seguir creciendo es estar en la frontera de la evolución humana y del camino espiritual. La acción divina puede voltear nuestras vidas al revés, puede llamarnos a distintas formas de servicio. La disponibilidad para cualquier acontecimiento inesperado es la actitud de alguien que ha entrado en la libertad del Evangelio. Compromiso con el mundo nuevo que Dios está creando, la nueva personalidad corporativa de la humanidad redimida, requiere flexibilidad y desprendimiento: la disponibilidad para ir a cualquier parte o a ninguna, para vivir o para morir, para descansar o para trabajar, para hacerse cargo de un servicio o para dejar otro. Todo es importante cuando uno se está abriendo a la conciencia de Cristo. Esta percepción transforma nuestros conceptos mundanos de seguridad hasta convertirlos en la aceptación, por amor a Dios, de un futuro incierto. La mayor seguridad es la derivada de tomar ese riesgo. Todo lo demás es peligroso.

La luz de Navidad es una explosión de intuición que cambia toda nuestra idea de Dios. Nuestras ideas infantiles sobre Dios son dejadas atrás. Cuando dirigimos nuestra mirada fascinada hacia el Niño en la cuna, lo más íntimo de nuestro ser se abre a la nueva conciencia que el Niño Jesús ha traído al mundo.
Thomas Keating

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