Quieres saber cuál es la fe que da vida y consigue la victoria? Aquella por la cual Cristo habita en lo íntimo de nuestro ser. El es nuestra virtud y nuestra vida. Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, dice el Apóstol, os manifestaréis también vosotros gloriosos con él. Esa gloria será vuestra victoria. Y nos manifestaremos con él porque vencemos por él. Solamente llegan a ser hijos de Dios los que reciben a Cristo, y únicamente en ellos se cumple lo que dice la Escritura: todo el que nace de Dios, vence al mundo.

SAN BERNARDO


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Si tienes un secreto, escóndelo o revélalo (proverbio árabe)

Si tienes un secreto, escóndelo o revélalo (proverbio árabe)

Preámbulo de la Regla Primitiva del Temple

Nos dirigimos en primer lugar a aquellos que desprecian seguir su propia voluntad y
desean servir, con pureza de ánimo, en la caballería del rey verdadero y supremo, y a los que quieren cumplir, y cumplen, con asiduidad, la noble virtud de la obediencia. Por eso os
aconsejamos, a aquellos de vosotros que pertenecisteis hasta ahora a la caballería secular,en la que Cristo no era la única causa, sino el favor de los hombres, que os apresuréis a asociaros perpetuamente a aquéllos que el Señor eligió entre la muchedumbre y dispuso, con su piadosa gracia, para la defensa de la Santa Iglesia.
Por eso, oh soldado de Cristo, fueses quien fueses,

que eliges tan sagrada orden, conviene que en tu profesión lleves una pura diligencia y firme
perseverancia, que se sabe que es tan digna y sublime para con Dios que, si pura y
perseverantemente se observa por los militantes que diesen sus almas por Cristo, merecerán
obtener la suerte; porque en ella apareció y floreció una orden militar, ya que la caballería,
abandonando su celo por la justicia, intentaba no defender a los pobres o iglesias sino
robarlos, despojarlos y aun matarlos; pero sucedió que vosotros, a los que nuestro señor y
salvador Jesucristo, como amigos suyos, dirigió desde la Ciudad Santa a habitar en Francia y
Borgoña, no cesáis, por nuestra salud y propagación de la verdadera fe, de ofrecer Dios
vuestras almas en víctima agradable a Dios......SAN BERNARDO

domingo, 14 de abril de 2013

SE CUMPLE 50 AÑOS DE LA ENCÍCLICA "Pacem in Terris" DE JUAN XXIII

SE CUMPLE 50 AÑOS DE LA ENCÍCLICA  "Pacem in Terris" DE JUAN XXIII  
Una encíclica que cambió el curso de la «guerra fría» y que, cincuenta años después, sigue vigente aunque haya cambiado el escenario.Es el documento que tuvo más amplio eco y acogida de todos cuantos escribieron los papas hasta hoy. Lo publicó completo el The New York Times.La encíclica fue presentada en la ONU por el cardenal Suenens que llevó una copia dedicada y firmada por el mismo papa a los quince días de su promulgación. Igualmente fue comentada y estudiada en los foros e instituciones más relevantes como en la Conferencia de Ginebra para el desarme, la Unesco, el Consejo Mundial de la paz, la Liga de los Derechos del Hombre, el Consejo de Europa y, sobre todo, fue aplaudida y alabada tanto por Kruschev como por Kennedy, los dos hombres poderosos que tenían en sus manos la paz o el holocausto atómico.
La «Pacem in terris» ha cumplido este jueves cincuenta años. La firmó Juan XXIII el 11 de abril de 1963, Jueves Santo, cuando faltaban menos de dos meses para su pronosticada muerte. Él lo sabía, los médicos le habían diagnosticado ya en noviembre anterior la grave enfermedad que acabaría con su vida en poco tiempo. Por eso se apresuró a escribirla con la ayuda del extraordinario sociólogo y experto en doctrina social Pietro Pavan, profesor de la Universidad Lateranense, persona de total confianza del Angelo Roncalli y que ya le había prestado una gran ayuda para la Mater et Magistra publicada tan solo dos años antes, el 15 de mayo de 1961.

Tras la crisis de Berlín de 1961 y la de los misiles de Cuba de 1962, ante un mundo que crujía continuamente por las tensiones entre el bloque capitalista y el soviético, el Papa Juan XXIII lanzó su grito por la paz. El gesto fue apreciado por los líderes de ambas partes. Se trata de la encíclica «Pacem in Terris», la primera dirigida no sólo a católicos o a creyentes sino «a todas las personas de buena voluntad» con propuestas concretas para cambiar el dramático rumbo de la historia. 
 Muy pocas encíclicas pasan a la historia. La «Pacem in Terris» tiene motivos de sobra para ser una de ellas. A lo largo de sus 172 puntos el Papa propuso no limitar la paz a una coexistencia pacífica y construirla día a día. 


La fórmula de Juan XXIII consiste en construir una paz entre personas, entre instituciones y entre Estados que respete «la verdad, la justicia, la caridad y la libertad».
En el texto afrontaba muchos temas: partía de la centralidad de la persona y recordaba que sus derechos son inviolables. Enumeraba con un lenguaje positivo e innovador algunos de ellos, como el derecho a la existencia y a un decoroso nivel de vida, a la buena fama, al culto divino, a mantener y educar a los propios hijos, a la propiedad privada o a intervenir en la vida pública.
En el capítulo de deberes de la persona destacaba el deber de respetar los derechos ajenos, de colaborar con los demás y de actuar con sentido de responsabilidad.

 

De la paz entre las personas pasaba a la paz entre instituciones y entre países. Juan XXIII reconocía que la ONU era la piedra angular del orden internacional, reclamaba la libertad sin distinción para todas las personas, subrayaba los derechos de las clases trabajadoras, pedía que la propaganda dijera la verdad e invitaba a un mayor esfuerzo por el desarme.
También en el texto urgía a los católicos a superar las reticencias y desconfianzas del pasado y a estar presentes en todos los ámbitos de la vida pública con decisiones coherentes con su fe.
La encíclica es uno de los textos más citados por sus sucesores. Juan Pablo II lo retomó en 2003 durante la guerra en Iraq e invitó a buscar soluciones acordes con «la verdad, la justicia, la caridad y la libertad».
Una fórmula que sigue siendo útil 50 años después de que Juan XXIII la lanzara. Por eso, el Papa Francisco invitó a aprovechar el aniversario para «promover la paz y la reconciliación a todos los niveles».

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