Quieres saber cuál es la fe que da vida y consigue la victoria? Aquella por la cual Cristo habita en lo íntimo de nuestro ser. El es nuestra virtud y nuestra vida. Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, dice el Apóstol, os manifestaréis también vosotros gloriosos con él. Esa gloria será vuestra victoria. Y nos manifestaremos con él porque vencemos por él. Solamente llegan a ser hijos de Dios los que reciben a Cristo, y únicamente en ellos se cumple lo que dice la Escritura: todo el que nace de Dios, vence al mundo.

SAN BERNARDO


WEB OFICIAL DE LA ORDEN

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Si tienes un secreto, escóndelo o revélalo (proverbio árabe)

Si tienes un secreto, escóndelo o revélalo (proverbio árabe)

Preámbulo de la Regla Primitiva del Temple

Nos dirigimos en primer lugar a aquellos que desprecian seguir su propia voluntad y
desean servir, con pureza de ánimo, en la caballería del rey verdadero y supremo, y a los que quieren cumplir, y cumplen, con asiduidad, la noble virtud de la obediencia. Por eso os
aconsejamos, a aquellos de vosotros que pertenecisteis hasta ahora a la caballería secular,en la que Cristo no era la única causa, sino el favor de los hombres, que os apresuréis a asociaros perpetuamente a aquéllos que el Señor eligió entre la muchedumbre y dispuso, con su piadosa gracia, para la defensa de la Santa Iglesia.
Por eso, oh soldado de Cristo, fueses quien fueses,

que eliges tan sagrada orden, conviene que en tu profesión lleves una pura diligencia y firme
perseverancia, que se sabe que es tan digna y sublime para con Dios que, si pura y
perseverantemente se observa por los militantes que diesen sus almas por Cristo, merecerán
obtener la suerte; porque en ella apareció y floreció una orden militar, ya que la caballería,
abandonando su celo por la justicia, intentaba no defender a los pobres o iglesias sino
robarlos, despojarlos y aun matarlos; pero sucedió que vosotros, a los que nuestro señor y
salvador Jesucristo, como amigos suyos, dirigió desde la Ciudad Santa a habitar en Francia y
Borgoña, no cesáis, por nuestra salud y propagación de la verdadera fe, de ofrecer Dios
vuestras almas en víctima agradable a Dios......SAN BERNARDO

sábado, 26 de abril de 2014

PAPA FRANCISCO: NO BUSQUÉIS ENTRE LOS MUERTOS AL QUE ESTÁ VIVO ENTRE NOSOTROS


Ciudad del Vaticano, 23 abril 2014 (VIS).- ''¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?'' Con esta pregunta, el Santo Padre ha iniciado la primera catequesis tras la Semana Santa y en la festividad de San Jorge, su onomástica. Francisco ha recordado que ''muchas veces buscamos la vida entre las cosas muertas, entre las cosas que no pueden dar vida, entre las cosas que hoy están y mañana ya no''.

El Papa ha reiterado que esta pregunta nos ayuda ''cuando nos encerramos en cualquier forma de egoísmo o auto complacencia; cuando nos dejamos seducir por los poderes terrenales y por las cosas de este mundo, olvidando a Dios y al prójimo; cuando ponemos nuestra confianza en las vanidades del mundo, en el dinero, en el éxito -y que al igual que para Tomás y María Magdalena, e incluso para los discípulos de Emaús que no reconocieron al Señor, también para nosotros ''no es fácil abrirnos a Jesús, no es obvio aceptar la vida del Resucitado y su presencia entre nosotros''.

''Esta pregunta -ha continuado el Papa- nos ayuda a superar la tentación de mirar hacia atrás y nos empuja hacia el futuro. Hoy se nos plantea a nosotros este interrogante: ''¿Por qué buscas entre los muertos al que está vivo, tú que te cierras en ti mismo después de un fracaso? ¿Tú que ya no tienes fuerzas para rezar? ¿Tú que te sientes solo, abandonado por tus amigos, e incluso también por Dios? ¿Tú que has perdido la esperanza, y que te sientes encarcelado por tus pecados? ¿Tú que aspiras a la belleza, la perfección espiritual, la justicia, la paz?''.

''Necesitamos repetirnos y recordarnos los unos a los otros la advertencia del ángel -ha concluido Francisco- porque hace que salgamos de nuestros momentos de tristeza y nos abre a los horizontes de la alegría y de la esperanza. Esa esperanza que aparta las piedras de los sepulcros y nos alienta a anunciar la Buena Nueva, capaz de generar vida nueva para los demás. ¡No busquéis en sepulcros que prometen y luego no ofrecen nada!''.

sábado, 12 de abril de 2014

DOMINGO DE RAMOS. SOBRE LA PROCESIÓN Y LA PASIÓN. SERMÓN PRIMERO SERMON SAN BERNARDO

1.Con gran acierto, como tiene el Espíritu de su Esposo y de su Dios,  la Iglesia une hoy, con admirable y nueva sabiduría, la procesión y la Pasión. La procesión suscita vítores y la pasión lágrimas. Como estoy al servicio de sabios e ignorantes, intentaré explicar a todos el fruto de esta unión.
 Y comenzaré refiriéndome a los del mundo porque no es primero lo espiritual, sino lo animal. Que el hombre mundano observe y comprenda que la alegría termina en el pesar. Por eso aquel que practicó y enseñó tantas cosas, cuando se hizo hombre quiso demostrar personalmente con su palabra y su ejemplo lo que nos había dicho mucho antes por boca del Profeta: Toda carne es hierba, y su belleza como flor campestre y manifestándose en la carne se empeñó en experimentarlo en sí mismo. Aceptó, pues, el triunfo de la procesión, consciente de que estaba ya inminente el día terrible de la muerte.
 ¿Podrá alguien fiarse de la gloria versátil del mundo si contempla al Santo por excelencia y además Dueño supremo del universo, pasando rápidamente de la victoria más sublime al desprecio más absoluto? Una misma ciudad, las mismas personas y en unos pocos días le pasea triunfal entre himnos de alabanza y le acusa, le maltrata y le condena como a un malhechor. Así acaba la alegría caduca y a esto se reduce la gloria del mundo. El Profeta pide que el Señor viva en una gloria inmarcesible; es decir, que a la procesión no acompañe la pasión.
2.Vosotros, en cambio, sois espirituales y podéis captar un mensaje más espiritual: por eso os presentamos en la procesión la gloria de la patria celeste, y en la Pasión el camino que a ella conduce. Ojalá que la procesión te recuerde el gozo y alegría incomparables de nuestro encuentro con Cristo en el aire, cuando seamos arrebatados en las nubes. Y que te consumas en el deseo de ver el día glorioso en que Cristo entrará en la Jerusalén celestial. El irá como cabeza de un gran cuerpo; enarbolará el trofeo de la victoria, y no recibirá los aplausos de una turba vulgar, sino aquel himno de los coros angélicos y de los pueblos de la Antigua y de la Nueva alianza: Bendito el que viene en nombre del Señor.
 La procesión te dice a dónde nos dirigimos, y la Pasión nos muestra el camino. Los sufrimientos de hoy son el sendero de la vida, la avenida de la gloria, el camino de nuestra patria, la calzada del reino, como grita el ladrón crucificado: Señor, acuérdate de mi cuando llegues a tu reino. Lo ve caminar hacia el reino y le pide que, cuando llegue, se acuerde de él. También él llegó, y por un atajo tan corto que aquel mismo día mereció estar con el Señor en el Paraíso. La gloria de la procesión hace llevaderas las angustias de la pasión, porque nada es imposible para el que ama.
3.Y no te extrañe nada oír que esta procesión es símbolo de la celestial, ya que al mismo se le recibe en ambas, aunque las personas y el modo sean muy diversos. En esta procesión Cristo va sentado en un bruto animal: en aquella, en cambio, habrá animales racionales, como dice la Escritura: Señor, tu salvas a hombres y animales. Recordemos aquel otro pasaje: Soy como un animal ante ti y estaré siempre contigo. Y continúa, refiriéndose a la procesión: Tú agarras mi mano derecha, me guías según tus planes y me llevas a un destino glorioso.
 Ni siquiera faltarán allí los pollinos, aunque murmure el hereje que no deja venir a los niños y les niega el bautismo. También él fue niño y quiso verse acompañado de una hueste de niños: los inocentes. No excluye de su gracia a los niños, porque no desdice de su misericordia ni está reñido con su majestad que el don de la gracia supla las limitaciones de la naturaleza.
 Aquel gentío no alfombrará el camino con ramas ni pobres mantos, sino que los animales simbólicos plegarán sus alas, los veinticuatro ancianos ofrendarán sus coronas ante al trono del cordero, y todos los coros angélicos le brindarán y le dedicarán su gloria y hermosura.
4.Y ya que hemos hablado del asno, de los mantos y de las ramas de los árboles, quiero fijarme con más atención en las tres clases de ayuda que se le ofrecen en esta procesión al Salvador. La primera se la da el jumento en que va montado, la segunda los que tienden sus vestidos y la tercera los que cortan ramas de árboles. ¿No os parece que todos los demás le presentan lo que les sobra, y honran al Señor sin molestarse ellos en nada, a excepción del jumento que se le ofrece él mismo?
 ¿Me callo para evitaros el peligro de la vanidad o hablo para alentaros? Yo creo que ese asno en que Cristo va sentado sois vosotros que, en frase del Apóstol, glorificáis y lleváis a Cristo con vuestro cuerpo. Los hombres del mundo, cuando hacen limosna de sus bienes, no le ofrecen al Señor su cuerpo, sino lo que usa o necesita el cuerpo. Los prelados cortan ramas de árboles cuando hablan de la fe y obediencia de Abraham, de la castidad de José, de la mansedumbre de Moisés o de las virtudes de otros santos. No hacen más que tomarlo de sus bien nutridas despensas; y deben recibir gratuitamente lo que recibieron de balde. Si todos cumplen fielmente su ministerio, es indudable que participan en la procesión del Salvador y entran con él en la ciudad santa, porque el Profeta predijo las tres clases de hombres que se salvarán: Noé cortando ramas para hacer el arca, Daniel que con su ayuno y abstinencia se convierte en el jumento que lleva al Salvador, y Job que hace buen uso de los bienes de este mundo y abriga a los pobres con la lana de sus ovejas. ¿Quién va más cerca de Jesús en la procesión? ¿Quién de los tres está en contacto más inmediato con la salvación? Creo que os es muy fácil comprenderlo.
RESUMEN:
San Bernardo invierte el orden de la Semana Santa. La pasión será la forma de llegar a la procesión. Por otra parte reivindica la figura del jumento, el más cercano a Cristo, el que lo sigue más ciegamente. Establece tres formas de llegar a Dios: la fe ciega del borrico sometido a obligaciones y privaciones, aportar ramas para construir el arca que es el vehículo de la salud y ayudar a los demás (a los pobres) haciendo buen uso de los bienes que nos otorga nuestro Salvador