Quieres saber cuál es la fe que da vida y consigue la victoria? Aquella por la cual Cristo habita en lo íntimo de nuestro ser. El es nuestra virtud y nuestra vida. Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, dice el Apóstol, os manifestaréis también vosotros gloriosos con él. Esa gloria será vuestra victoria. Y nos manifestaremos con él porque vencemos por él. Solamente llegan a ser hijos de Dios los que reciben a Cristo, y únicamente en ellos se cumple lo que dice la Escritura: todo el que nace de Dios, vence al mundo.

SAN BERNARDO


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Si tienes un secreto, escóndelo o revélalo (proverbio árabe)

Si tienes un secreto, escóndelo o revélalo (proverbio árabe)

Preámbulo de la Regla Primitiva del Temple

Nos dirigimos en primer lugar a aquellos que desprecian seguir su propia voluntad y
desean servir, con pureza de ánimo, en la caballería del rey verdadero y supremo, y a los que quieren cumplir, y cumplen, con asiduidad, la noble virtud de la obediencia. Por eso os
aconsejamos, a aquellos de vosotros que pertenecisteis hasta ahora a la caballería secular,en la que Cristo no era la única causa, sino el favor de los hombres, que os apresuréis a asociaros perpetuamente a aquéllos que el Señor eligió entre la muchedumbre y dispuso, con su piadosa gracia, para la defensa de la Santa Iglesia.
Por eso, oh soldado de Cristo, fueses quien fueses,

que eliges tan sagrada orden, conviene que en tu profesión lleves una pura diligencia y firme
perseverancia, que se sabe que es tan digna y sublime para con Dios que, si pura y
perseverantemente se observa por los militantes que diesen sus almas por Cristo, merecerán
obtener la suerte; porque en ella apareció y floreció una orden militar, ya que la caballería,
abandonando su celo por la justicia, intentaba no defender a los pobres o iglesias sino
robarlos, despojarlos y aun matarlos; pero sucedió que vosotros, a los que nuestro señor y
salvador Jesucristo, como amigos suyos, dirigió desde la Ciudad Santa a habitar en Francia y
Borgoña, no cesáis, por nuestra salud y propagación de la verdadera fe, de ofrecer Dios
vuestras almas en víctima agradable a Dios......SAN BERNARDO

sábado, 18 de mayo de 2013

DOMINGO DE PENTECOSTÉS. LA IMPORTANCIA DE LA PRESENCIA DE MARIA

 "Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos"

Con Pentecostés, el ministerio de Jesús se hace visible en plenitud. Cuando el Espíritu Santo desciende sobre los discípulos y habita en ellos, su vida queda «cristificada», esto es, transformada en una vida marcada por el mismo amor que existe entre el Padre y el Hijo. La vida espiritual, en efecto, es una vida en la que somos elevados a ser partícipes de la vida divina.
 
 El Espíritu Santo, “distribuyendo sus dones a cada uno como quiere” (1Cor 12, 11), infunde su gracia, donde quiere, como quiere, cuanto quiere, cuando quiere y a quien quiere.
Roguemos, pues, que se digne infundir su gracia también en nosotros aquel Espíritu Santo, que hoy infundió su gracia en los apóstoles por medio de las lenguas de fuego. A El sean siempre la alabanza y la gloria por los siglos eternos. ¡Amén! ¡Así sea!

Hc 2, 1-5: 1 Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar.
2 De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban.
3 Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos;
4 quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.
5 Había en Jerusalén hombres piadosos, que allí residían, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo.

El envío del Espíritu Santo
San Ireneo
:
Lucas nos narra cómo este Espíritu, después de la ascensión del
Señor, descendió sobre los discípulos el día de Pentecostés, con el poder de dar a todos los hombres entrada en la vida y para dar su plenitud a la nueva alianza; por esto, todos a una, los discípulos alababan a Dios en todas las lenguas, al reducir el Espíritu a la unidad los pueblos distantes y ofrecer al Padre las primicias de todas las naciones....
....El Espíritu de Dios descendió sobre el Señor, Espíritu de prudencia y sabiduría, Espíritu de consejo y de valentía, Espíritu de ciencia y temor del Señor, y el Señor, a su vez, lo dio a la Iglesia, enviando al Defensor sobre toda la tierra desde el cielo, que fue de donde dijo el Señor que había sido arrojado Satanás como un rayo; por esto necesitamos de este rocío divino, para que demos fruto y no seamos lanzados al fuego;
y, ya que tenemos quien nos acusa, tengamos también un Defensor, pues que el Señor encomienda al Espíritu Santo el cuidado del hombre, posesión suya, que había caído en manos de ladrones, del cual se compadeció y vendó sus heridas, entregando después los dos denarios regios para que nosotros, recibiendo por el Espíritu la imagen y la inscripción del Padre y del Hijo, hagamos fructificar el denario que se
nos ha confiado, retornándolo al Señor con intereses......

 La presencia de Maria en Pentecostés

Pentecostés representa para San Lucas el nacimiento de la  Iglesia por obra del Espíritu Santo. El Espíritu desciende sobre la  comunidad de los discípulos -"asiduos y unánimes en la oración"-,  reunida «con María, la madre de Jesús» y con los once apóstoles.
Podemos decir, por tanto, que la Iglesia comienza con la bajada  del Espíritu Santo y que el Espíritu Santo «entra» en una  comunidad que ora, que se mantiene unida y cuyo centro son  María y los apóstoles.

 
San Lucas destaca, en medio del anonimato del grupo presente en Pentecostés, la figura de María, la madre de Jesús.Uno de ellos es, sin duda, el vínculo existente entre María y la Iglesia, porque María es, a la vez, un miembro «excelentísimo y enteramente singular» (Lumen gentium, 53) y «verdadera madre de los miembros de Cristo» (ib).
María, pues, reaparece cuando la Iglesia inicia su camino evangelizador impulsada por el dinamismo de la presencia del Espíritu. Así como María abrió las puertas a la nueva historia de la salvación al adherirse con su libre y total sí al plan del Padre, debía estar presente cuando esta historia se hace cuerpo con el nacimiento «oficial» de la Iglesia. 
 Cromacio de Aquileya, comentando Hechos 1,14, afirma: «La Iglesia se reunió en la habitación del piso superior de la casa, juntamente con María, la Madre de Jesús y juntamente con sus hermanos. Por esto mismo, no se puede considerar a la Iglesia como tal si no está presente María, Madre del Señor, juntamente con sus hermanos» (Sermón 30). En este sentido, san Francisco de Asís, recogiendo la expresión del poeta Prudencio, vinculaba a María con la Iglesia, llamándola «esposa del Espíritu Santo».

Según el Libro de los Hechos (1:14), después de la Ascensión de Cristo a los cielos los apóstoles "subieron al piso alto" y "todos éstos perseveraban unánimes en la oración con algunas mujeres, con María, la Madre de Jesús, y con los hermanos de éste". A pesar de su ensalzada dignidad, no era María, sino Pedro quien actuaba como cabeza de la asamblea (1:15). María se comportó en la habitación del piso alto de Jerusalén como se había comportado en la gruta de Belén; en Belén había dado a luz al Niño Jesús, en Jerusalén criaba a la Iglesia naciente. Los amigos de Jesús permanecieron en la habitación superior hasta "el día de Pentecostés", cuando "se produjo de repente un ruido como el de un viento impetuoso...Aparecieron, como divididas, lenguas de fuego, que se posaron sobre cada uno de ellos, quedando todos llenos del Espíritu Santo" (Hechos 2:1-4).

Aunque el Espíritu Santo había descendido sobre María de una forma especial en el momento de la Encarnación, ahora le comunicó un nuevo grado de gracia. Quizás, esta gracia pentecostal le dio a María la fuerza para cumplir adecuadamente sus deberes para con la Iglesia naciente y sus hijos espirituales.

Imagen de María, Templo de Dios, obra del Alfarero Ubetense, Paco "Tito"

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