Quieres saber cuál es la fe que da vida y consigue la victoria? Aquella por la cual Cristo habita en lo íntimo de nuestro ser. El es nuestra virtud y nuestra vida. Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, dice el Apóstol, os manifestaréis también vosotros gloriosos con él. Esa gloria será vuestra victoria. Y nos manifestaremos con él porque vencemos por él. Solamente llegan a ser hijos de Dios los que reciben a Cristo, y únicamente en ellos se cumple lo que dice la Escritura: todo el que nace de Dios, vence al mundo.

SAN BERNARDO


WEB OFICIAL DE LA ORDEN

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Si tienes un secreto, escóndelo o revélalo (proverbio árabe)

Si tienes un secreto, escóndelo o revélalo (proverbio árabe)

Preámbulo de la Regla Primitiva del Temple

Nos dirigimos en primer lugar a aquellos que desprecian seguir su propia voluntad y
desean servir, con pureza de ánimo, en la caballería del rey verdadero y supremo, y a los que quieren cumplir, y cumplen, con asiduidad, la noble virtud de la obediencia. Por eso os
aconsejamos, a aquellos de vosotros que pertenecisteis hasta ahora a la caballería secular,en la que Cristo no era la única causa, sino el favor de los hombres, que os apresuréis a asociaros perpetuamente a aquéllos que el Señor eligió entre la muchedumbre y dispuso, con su piadosa gracia, para la defensa de la Santa Iglesia.
Por eso, oh soldado de Cristo, fueses quien fueses,

que eliges tan sagrada orden, conviene que en tu profesión lleves una pura diligencia y firme
perseverancia, que se sabe que es tan digna y sublime para con Dios que, si pura y
perseverantemente se observa por los militantes que diesen sus almas por Cristo, merecerán
obtener la suerte; porque en ella apareció y floreció una orden militar, ya que la caballería,
abandonando su celo por la justicia, intentaba no defender a los pobres o iglesias sino
robarlos, despojarlos y aun matarlos; pero sucedió que vosotros, a los que nuestro señor y
salvador Jesucristo, como amigos suyos, dirigió desde la Ciudad Santa a habitar en Francia y
Borgoña, no cesáis, por nuestra salud y propagación de la verdadera fe, de ofrecer Dios
vuestras almas en víctima agradable a Dios......SAN BERNARDO

jueves, 26 de septiembre de 2013

PRESENTACION DEL LIBRO PAISAJES DE UNA DAMA, ISABEL REZMO

PRESENTACION DEL LIBRO PAISAJES DE UNA DAMA DE NUESTRA HERMANA ISABEL MARIA PEREZ MORENO, con el seudónimo de ISABEL REZMO, el próximo dia 11 de Octubre del 2013, a als 20:OO h de la tarde en el Hotel Rosaleda de Don Pedro,
invitamos a todos nuestros hermanos y amigos acudir a una cita con nuestra Hermana, en este día tan importante.


JORNADAS MEDIEVALES EN ARJONILLA (JAEN)


DEL 27 AL 29 DE SEPTIEMBRE 2013
JORNADAS MEDIEVALES EN ARJONILLA (JAEN)
 con la participación de la asociación Baucan
















lunes, 23 de septiembre de 2013

LA IGLESIA SIRIA DE ANTIOQUIA



El pueblo sirio es descendiente directo de aquellas antiguas poblaciones arameas que en tiempos bíblicos estaban asentadas entre los ríos Tigris-Eufrates y la costa mediterránea. Los arameos no formaron un Estado unitario pero su lengua conoció una prodigiosa expansión. El arameo se convirtió a partir del primer milenio a.C. en la lengua 'franca' de los países del Creciente Fértil. Era la lengua de los comerciantes y de las cancillerías de los imperios asirio y persa. Este florecimiento lingüístico duró hasta la conquista de Alejandro Magno, cuando el arameo fue suplantado por el griego como lengua cultural. No olvidemos que el arameo era la lengua comúnmente hablada en la Palestina del tiempo de Jesús. El declive como lengua hablada comienza con la invasión musulmana del año 636. El arameo fue poco a poco sustituido por el árabe. Hoy sigue hablándose en reducidos enclaves del Oriente Medio: en la zona montañosa de Maalula, Siria, y entre los cristianos de las montañas de Hakkari y de Tur Abdón en Turquía. También se usa junto con el árabe, en la liturgia siria. 'Para nosotros, decía en 1984 el patriarca siro-ortodoxo, Ignacio Zakka I, es una gracia de Jesucristo. Somos, por tanto, responsables de su conservación'.

Los inicios de la Iglesia siria

Fue en Antioquia donde los discípulos de Jesús recibieron el nombre de 'cristianos'. En esta ciudad residieron los apóstoles Pedro y Pablo. De allí salieron los primeros misioneros que evangelizaron Asia y Europa. En la cosmopolita Antioquia los discípulos de Jesús encontraron el ambiente propicio para su expansión, de tal manera que a mediados del siglo IV la ciudad contaba con 100.000 fieles (Juan Crisóstomo. In S. Ignatius PG 50,591).

Siria fue también el campo de las controversias cristológicas que originaron la división religiosa en Oriente. En efecto, en el año 451 el concilio ecuménico de Calcedonia condenó el monofisismo -creencia en una sola naturaleza en Cristo- y proclamó la doctrina oficial católica: dos naturalezas en Cristo, la divina y la humana, en una sola persona. La mayor parte de la población siria no aceptó las decisiones conciliares, probablemente por discrepancias terminológicas más que por divergencias teológicas, y se separó de la Iglesia católica. Sin embargo la constitución de la Iglesia separada no fue inmediata. Se consumó después del segundo concilio de Constantinopla, año 553, a raíz del cual el poder imperial bizantino presionó contra los insumisos monofisitas. Fue entonces cuando aparece la figura carismática del monje sirio Jacobo Baradai enarbolando la bandera nacionalista-religiosa. Consagrado en secreto obispo por el patriarca de Alejandría en exilio, Jacobo se lanzó a la organización de la Iglesia monofisita, llamada también jacobita, en su honor.

No toda la Siria, sin embargo, se alió a la nueva Iglesia. La sociedad más culta y helenizada aceptó sin problemas las decisiones de Calcedonia, por lo que recibió el nombre de 'melquita' -de melek = rey- es decir, partidaria del emperador bizantino.


La conquista musulmana del 636 no hizo más que consagrar esta división. No parece que la conquista fue recibida por la población siria como una liberación del yugo bizantino, como ordinariamente se cree. El patriarca siro-ortodoxo, Miguel el Siro escribía este respecto: 'Ellos (los musulmanes) mataron a mucha gente... Todo lo que pueda decirse de los males que Siria tuvo que sufrir no se pueden contar debido a su número, ya que los taiyanes (los árabes) eran el gran azote de la cólera divina' (Chronique, ed. Chabot, t.I, Paris 1901,421).

A partir de esa fecha la Iglesia siria se fue replegando más sobre sí misma con el fin de conservar su identidad, estrechándose en torno a sus obispos que fueron dotados por el régimen islámico de prerrogativas jurídicas y civiles. Al mismo tiempo mermaba el ímpetu misionero de la Iglesia y el número de fieles.

Cambios de la sede patriarcal, reflejo de la historia de esta Iglesia

Uno de los medios más seguros para conocer las vicisitudes afrontadas por la Iglesia siria en el curso de la historia es enumerar los cambios de la sede patriarcal de Antioquía. De esta sede pasó a Alepo, Racca, Edesa y Qinnesrín-Calcis, para fijarse en fecha imprecisa en el Gran Monasterio de Teleda, al norte de Alepo. Allí estuvo hasta el año 1034, cuando fue trasladada a Amida-Malatya. En 1293 la sede patriarcal se fijó en el monasterio de Deir Zaafarán, a 4 Km. de Mardín. Allí estuvo hasta 1920 cuando la soldadesca turca ocupó manu militari el monasterio. Seguidamente el patriarca se estableció en Mosul, entonces bajo dominio británico. Nuevo traslado en 1932 a Homs, bajo mandato francés, y finalmente, en 1959, a Damasco, donde hoy reside.

Los años más cruciales fueron los de la Primera Guerra Mundial. En 1915 los cristianos de Tur Abdón, unos 200.000, fueron atacados por bandas de kurdos fanatizados por la proclamación de la Guerra Santa. Un tercio pereció en la matanza. Entre los que quedaron con vida, una parte se refugió en Siria y Líbano, la otra en Irak.

Desde entonces el centro de gravedad de la Iglesia siria se desplazó de las regiones turcas de Tur Abdón, Mardín y Nisibín, a los países limítrofes. En Tur Abdón quedaron 15.000 fieles, número que va disminuyendo año tras año.

Actualmente la parte más activa de las comunidades sirias está emigrando a Occidente, lejos de la asfixia turco-kurda, lejos de la dictadura irakí y de la inestabilidad libanesa.

Lejos de sus hogares tradicionales, el pueblo cristiano sirio se desgasta en contacto con el modo de vivir occidental. Hay peligro que los miembros de esta Iglesia mártir pierdan sus raíces religioso-culturales y se diluyan en la sociedad amorfa de Occidente.

Patriarca de Antioquia y de todo Oriente

La Iglesia siria, como todas las orientales, es de estructura patriarcal. Su jefe supremo ostenta el título de 'Patriarca de Antioquía y de todo Oriente'. Se considera el heredero directo y legítimo de la primitiva Iglesia apostólica de Antioquía, regida por el primer obispo-mártir, S. Ignacio. De ahí que los patriarcas antepongan a su nombre el de Ignacio, como referencia de continuidad apostólica. Reciben el tratamiento honorífico de 'Su Santidad', título que recibe también el patriarca copto de Alejandría.

 

 En el siglo V el Patriarcado de Antioquía comprendía las provincias de Isauria, Cilicia I (Tarso por capital), Cilicia II, Osrhoena (Edesa), Mesopotamia, Siria I (Antioquía), Siria II (Apamea), Fenicia I (Tiro), Fencia II (Damasco), Arabia (Bosra) y Eufratasia (Hierápolis-Menbej).

Los obispos son elegidos entre los monjes. Unos y otros son célibes, no así el clero rural. Para la formación del clero ha abierto un seminario patriarcal el patriarca Ignacio Zakka en el pueblo cristiano de Seidnaya, al norte de Damasco. 'San Efrén' -es su nombre- tiene una capacidad para 63 seminaristas y está dotado de capilla, biblioteca y 10 habitaciones para profesores. Alrededor de él se ha construido un monasterio de religiosas y un orfanato.

La Iglesia jacobita está presente en Tierra Santa en el monasterio de San Marcos o Casa de María, madre de Juan-Marcos, santuario erigido sobre la casa a la que se dirigió S. Pedro luego de ser liberado por un ángel de la cárcel (Hech. 12 ,3-17). Desde 1471 es la sede de un arzobispo-vicario patriarcal. Los monjes d este monasterio -son cuatro- cuidan la llamada tumba de José de Arimatea, capilla oscura situada detrás de la tumba del Señor, dentro de la basílica del Santo Sepulcro. El vicario-patriarcal, Mar Swerios Murad, tiene jurisdicción sobre los 2.100 siro-ortodoxos de Tierra Santa y de Jordania. De ellos 150 viven en Jerusalén, 900 en Belén y unos 1000 en Jordania.

La Iglesia de Jerusalén guarda un recuerdo especial por su santo obispo Yuhanna al-Karkari, crucificado en 1587 por los musulmanes a la entrada de la Iglesia de Deir el-´Adas, situada junto a la Vía Dolorosa. A raíz de este martirio se desencadenó una persecución que casi aniquiló a la Iglesia Siria. Desde entonces se redujo su presencia en la Ciudad Santa a una minoría testimonial.

La Iglesia siro-ortodoxa, la más cercana a la católica

La Iglesia jacobita tiene una larga tradición teológica, representada en escritores tan conocidos como S. Efrén, proclamado en 1920 Doctor de la Iglesia universal, autor fecundo en tratados teológicos, exegéticos y litúrgicos. Severo de Antioquia y Filomeno de Mabbug, siglo VI, otros como Jacobo de Edesa, siglo VII, otros conocidos teólogos y escritores de esta Iglesia hermana. En el siglo XII sobresale Miguel el Siro quien escribió una preciosa Crónica que abarca desde la creación del mundo hasta su época. El último Padre de esta Iglesia es Bar Hebreus, políglota, canonista y médico, autor de una suma teológica. Marca el fin de la cultura Siria.

La Iglesia jacobita ha conocido en su territorio una extraordinaria floración monástica en os primeros siglos. En el floreció una pléyade de monjes de las más variadas formas de ascesis cristiana: estilitas, reclusos voluntarios, hipetros, etc., cuyos restos arqueológicos han llegado hasta nosotros. Actualmente la actividad monástica es muy reducida. En Tur Abdín quedan cuatro monasterios: Deir Zaafarán, con un solo monje, Mar Gabriel con seis monjes y una decena de religiosas, Mar Matta con unos diez monjes y Mar Yacub de Salah habitado por religiosas. Los célebres monasterios de Mar Abraham y Abel junto a Midiat, Mar Eugen cerca de Nísive y Mar Malke en el monte Izala, siguen siendo centros de peregrinación, pero vacíos de monjes.

 
 Están custodiados por familias cristianas. Todavía sigue en pie el monasterio de Mar Matta en Irak, no lejos de Mosul.

Hace 15 años el obispado jacobita de Alepo compró los terrenos donde se asentaba el Gran Monasterio de Teleda, al norte de Alepo, fundado hacia el año 341 y abandonado en el siglo XII. La reconstrucción del monasterio ha chocado con la oposición de los musulmanes de la región y el proyecto ha quedado en punto muerto. Mejor suerte ha tenido la fundación del monasterio de S. Efrén en Glane-Losser, Holanda, el primer monasterio sirio en Europa, inaugurado en 1984. Ocupa el lugar de un antiguo convento católico cedido por los Hermanos Maristas.

La Iglesia jacobita es, entre las Iglesias orientales no-unidas, la más cercana a la católica. Los siro-ortodoxos no son herejes, pues no están divididos por cuestiones de fe (herejía) sino de precedencia (cisma). La declaración común firmada por el Papa Juan Pablo II y el patriarca jacobita, Ignacio Zakka I, en Roma el 23 de junio de 1984 ha reconocido que ambas partes profesan la misma fe en Cristo y han atribuido a diferencias culturales las divergencias en la terminología cristológica. De hecho, las relaciones entre las dos Iglesias son hoy excelentes. El Patriarca siro-ortodoxo declaraba en una conferencia pronunciada en Damasco el 10 de marzo de 1985: 'Podemos utilizar las iglesias, las salas, y los centros católicos con previo acuerdo' para las actividades de nuestros fieles, y añadía: 'A los sacerdotes católicos les está permitido administrar los sacramentos a nuestros fieles en ausencia de un sacerdote de nuestro rito... así como al sacerdote siro-ortodoxo de administrar los sacramentos a los fieles católicos en idénticas condiciones'.

La Iglesia siro-católica

Los católicos de rito sirio son en su origen jacobitas pasados a la unión con Roma a partir del siglo XVII, conservando su lengua, su rito y su legislación eclesiástica propia. Constituyen una Iglesia aparte con jerarquía propia bajo la autoridad de un patriarca.


Es sabido que en siglos pasados hubo varios intentos de unión, sobre todo durante las cruzadas. Los Papas enviaron en los siglos XIII-XIV misioneros dominicos y franciscanos con el fin de sellar la unión de las dos Iglesias. Los resultados fueron parciales. Recordemos el tanteo de unión propuesto en el concilio de Lyon en 1245 y la efímera unión del año 1444 a raíz del concilio de Florencia de 1439.

Fue en el siglo XVII cuando la voluntad unionista concluyó con la formación de la Iglesia siro-católica. En efecto, a mediados de ese siglo los misioneros capuchinos y jesuitas consiguieron llevar a la unión con Roma a la mayoría de los jacobitas de Alepo, de tal manera que en el año 1656 fue consagrado el primer obispo siro-católico de la ciudad, Andrés Ahijan, quien más tarde, en 1662, sería reconocido por la Sublime Puerta turca como patriarca católico de Antioquia. Los siro-ortodoxos, con el fin de parar este movimiento de conversiones, recurrieron al brazo secular turco, persiguiendo duramente a los siro-católicos durante todo el siglo XVIII. Las violencias contra ellos fueron tantas que la pequeña Iglesia siro-católica estuve a punto de desaparecer, pues quedó sin patriarca desde 1706 a 1782.

En esta última fecha Miguel Jarwe, arzobispo siro-ortodoxo de Alepo, pasó al catolicismo y años después, en 1774 fue nombrado ¡sorprendentemente! Patriarca de la Iglesia siro-católica. El primer paso del nuevo patriarca fue dirigirse a la sede patriarcal jacobita de Deir Zaafarán par tomar posesión de su nuevo cargo, pero sin renunciar al primero. En Deir Zaafarán convenció a un arzobispo y a dos obispos siro-ortodoxos de pasar al catolicismo. Después se hizo reconocer patriarca de todos los sirios y pidió confirmación de su cargo a Roma. Mientras llegaba ésta los jacobitas reaccionaron y eligieron un nuevo patriarca de su partido que fue confirmado inmediatamente por la Sublime Puerta. Ante este inesperado cambio el patriarca Jarwe huyó precipitadamente a Bagdad y desde allí a la montaña libanesa, estableciéndose en 1801 en el monasterio de Sharfe, al norte de Beirut, célebre por su Biblioteca donde se conservan más de 3000 manuscritos siríacos y árabes.

En 1830 el gobierno turco aprobó la separación civil y religiosa entre las dos Iglesias hermanas, pero fue en 1843 cuando el patriarca siro-católico fue reconocido como jefe civil de su comunidad por el Sultán turco. El patriarca Pedro Jarwe trasladó en 1831 la residencia de Sharfe a Alepo y, a raíz de un motín de los musulmanes de esta ciudad contra los cristianos, en 1851, cambió la sede patriarcal a Mardín donde residía una importante comunidad jacobita. A principios de este siglo la sede pasó de nuevo a Sharfe, donde reside actualmente.

El título de Jefe religioso de los siro-católicos, hoy Ignacio Hayek, es 'Patriarca de Antioquia, la ciudad de Dios y de todo Oriente', con jurisdicción sobre todos los fieles de rito siro-católico en Oriente Medio y en la diáspora.

En Jerusalén los siro-católicos están representados por un vicario patriarcal establecido en 1890. Desde 1973 tiene residencia en la Calle de los Caldeos, número 6. Cuenta con un complejo moderno formado por la Iglesia de S. Tomás, una hospedería de 26 habitaciones para peregrinos y un centro juvenil. La Iglesia cuenta con 315 fieles residentes en Jerusalén, Jafa, Lot y Haifa, además de 117 en Belén, donde cuenta con iglesia, escuela adjunta y hospedería de 30 habitaciones. A éstos hay que añadir los 274 fieles de Amán y Zarqá en Jordania, es decir, un total de 700 almas.

EN LA ORACION

Al comienzo de la oración, tengamos una gran fe en Dios presente, estemos cara a cara con El.
LA JORNADA MONÁSTICA SEGÚN NUESTROS PADRES. P. ROBERT THOMAS, O.C.S.O

Ya vimos cómo san Bernardo en su sermón 25 Var. habla de la "entrada" en la salmodia o en la oración; hay que sentirse como introducido en la corte del Rey celestial, tener profundos sentimientos de humildad, tomar conciencia de nuestra indignidad y de la majestad de Dios, y sobre todo, alegrarse de presentarse así, tan indigente y por eso mismo, ser admitido en la presencia del Señor: "Nosotros, nos presentamos como somos, para hablar con Dios cara a cara" 8•
Guillermo - lo vimos también -, invita, cuando el espíritu está todavía vacío, después del sueño, a ponerse en la presencia de Dios, especialmente, antes del Oficio de la noche: "Quedamos ante Dios - nos instalamos, literalmente -, cara a cara con Él" 9. Guillermo se ve como "dejándolo todo, yendo en pos del Señor subiendo al monte para ver al Señor y ser visto por El" 10. Todo lo demás se desvanece, se volatiza y sólo está Dios, Dios como presencia real. Se siente como "cogido" desde el principio por la presencia real de Dios. Sin duda que ya estaba allí el Señor, pero puede decir como Jacob: "Dios estaba aquí y no lo sabía". Y querría decir "¡Ah, entonces eres Tú!"
Veamos unas frases de Guillermo muy evocadoras:

¡He aquí, Él mismo está ahí, detrás de nuestro muro! Observad viéndole venir: la Esposa comienza a gritar: ¡Ah, he ahí, es Él! y en cuanto lo ve cerca: ¡He aquí, es Él! exclama Ella como afirmando: Es Él, ¡Él en persona! 11.

El alma en su simplicidad, viene a su Dios, a su Señor. Ella se dice más o menos de esta manera: "¡Sólo Dios! ¡Sólo Dios! ¡He ahí la verdad!". La oración es un tiempo de verdad con Dios. Se restablece la escala de valores: todo lo demás sobra. Dios en cambio crece en el alma: ¡Sólo Dios!
Dios no necesita esperar largos años para deslumbrar al alma con su presencia, para sacarla fuera de sí (hipnotizarla). Es en ese instante cuando el alma lo siente presente en sí misma:

¡Desgraciado del que está solo! dice Salomón (Ecl 4,10). ¡Ah, así, desgraciado de mí cuando estoy solo, si Tú no estás conmigo y yo contigo! Dichoso, el más dichoso de los hombres me siento cuando veo que estás conmigo... 12.
Elredo tiene unas palabras que fácilmente podríamos pasar inadvertidas en la lectura, pero creo que tienen mucho sentido. Comienza con la frase de Isaías: "Elevad la voz, levantad las manos" (Is 13,2). Sí, el Profeta levanta las manos puras durante la oración que presenta a los ojos de Dios, a su mirada divina - diviyais sese praesentat obtutibus – 13

Ponerse bajo la mirada de Dios, hacerse ver por Él. Puede transcurrir todo el tiempo de la oración haciéndose ver y mirar por Dios. Es el tiempo de la verdad: se es visto por Dios tal como se es. Sí, es bueno cuando nos ponemos en oración y experimentamos que Dios está allí. Dios nos ha precedido. Veamos un texto de Guillermo sobre esto. No es preciso ponerse en presencia de Dios, pues Él ya está presente. Mas con frecuencia se necesita "ponerse en presencia de Dios". Y hay que dejar todo lo demás, todo lo que nos ocupa y nos preocupa, lo que nos acapara, nos importuna, nos distrae; todo cuanto nos engaña para que no tengamos el coraje de vernos como somos realmente... pues si no se da esta actitud, la puerta de Dios no se abre. Esta es la actitud del publicano y es la única llave para abrise a Dios. ¡Cuántas veces creemos que oramos y estamos echando incienso a nuestro ídolo tan querido, nuestro yo!

viernes, 13 de septiembre de 2013

VIERNES XXIII T.O. ¿PUEDE UN CIEGO GUIAR A OTRO CIEGO?



El Señor en este día nos da un toque de atención: no queráis ser maestros antes de tiempo. No se que tenemos, que mecanismos se producen en nuestro interior que siempre estamos dispuestos a enseñar, de aconsejar, de arreglar lo que vemos en los otros cuando nuestro interior está manga por hombro. Es cierto que cuanto mayor es nuestro desorden, nuestra ignorancia, nuestra incapacidad, mayor es nuestro deseo de arreglar todo lo que hay fuera, nos refugiamos en la exterioridad porque nuestra interioridad es un caos desordenado que nos asusta. Como estamos fuera de nosotros mismos la curiosidad nos lleva a ver todas las pajas que nuestros hermanos llevan en sus ojos, cegados por la inmensa viga que portamos. Necesitamos humildad para dejarnos formar en la vida espiritual, necesitamos docilidad para dejar que otro ilumine nuestro ojo interior y nos ayude a quitar la viga.
Cuando te has llenado del amor, de la compasión, de la misericordia de Dios, entonces el amor se hará fecundo en ti y podrás dar a los demás de aquello de que estás lleno.


San Bernardo lo explica genialmente en un sermón sobre el Cantar de los Cantares:


"Hay que guardarse mucho de dar lo que hemos recibido para nosotros, o de reservarnos lo que se nos ha dado para distribuirlo. Te guardarías para ti lo que es del prójimo si, lleno de virtudes y dones de sabiduría y de palabra, por timidez quizá o desidia, o por una humildad sin discernimiento, con un silencio estéril y censurable, encadenases la palabra de edificación; serías maldito por acaparar el pan del pueblo. Y a la inversa, desperdigarías y echarías a perder lo tuyo, si antes de colmarte tú plenamente, lleno a medias, te apresuras a derramarte. Porque te privas de la vida y salvación que das a otro, si vacío de buena intención, te hinchas con el soplo de la vanagloria o te envenenas con la ponzoña del egoísmo terreno, para destrozarte en el tumor letal.
Si eres sensato, preferirás ser concha y no canal; éste según recibe el agua la deja correr. La concha no: espera a llenarse y, sin menoscabo propio, rebosa lo que le sobra, consciente de que caerá la maldición sobre el que malgaste lo que le ha correspondido. Hoy nos sobran canales en la Iglesia y tenemos poquísimas conchas. Parece ser tan grande la caridad de quienes vierten sobre nosotros las aguas del cielo, que prefieren derramarlas sin embeberse de ellas, dispuestos más a hablar que a escuchar, ya a enseñar lo que no aprendieron. Se desviven por regir a los demás y no saben controlarse a sí mismos".


Hno Carlos Torrejón

domingo, 8 de septiembre de 2013

EL DIVINO CONSEJO TRINITARIO



La imagen nos invita a trascender la escena para contemplar el misterio. Los tres Ángeles reflejan el misterio de la Trinidad: Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo. Unidad en la naturaleza. Trinidad en las personas.

Algunos elementos subrayan la unidad. El color azul que de diversas maneras está presente en los tres vestidos; el mismo color de las alas que están unidas y que expresan una intensa comunión. La unidad de la mirada y del movimiento interno que parte desde el pie del ángel de la derecha y sube hasta su cabeza, se vuelca en la del ángel del centro y ésta a la vez se posa en la del ángel de la izquierda hasta indicar un movimiento de comunión en la vida y en el pensamiento, como un misterioso circulo de plenitud en el que estos tres ángeles viven.

Unidad divina y misteriosa que no consiste en una simple igualdad que borra diferencias, sino en una unidad donde se hace posible la comunión de las personas distintas y
donde se percibe esta unidad de vida. Vivir el uno para el otro, el uno con el otro, el uno en el otro, sin confundirse, sin absorberse.

Este icono nos muestra el secreto de la vida de Dios; vivir el uno para el otro escuchándose en la unidad de una misma mirada, tendiendo hacia un mismo fin: la salvación de la humanidad. Cada persona en sí no parece completa y cada una parece que no puede existir sin referencia, sin relación a la otra, a las otras. Así las personas de la Trinidad nos ofrecen esta forma maravillosa de contener el Ser divino, de recibirlo de las otras, de darlo a las otras, de colocar a las otras con el don de la existencia.

Dios aparece como comunión, como unidad, como familia. La simple contemplación de esta imagen nos habla de amor reciproco. Un niño viendo este icono ha exclamado con la sabiduría que Dios concede a los sencillos: «¡Cuánto se quieren estas tres personas que están en la imagen!». Dios es amor. Dios es comunión en el amor.

Con la mayoría de los autores, preferimos interpretar así la revelación de las tres personas del icono. Las tres divinas personas están en orden de precedencia: el primero a nuestra izquierda el Padre, el segundo el Hijo, el tercero el Espíritu Santo. La ligera inclinación de los báculos dorados indicaría el orden mismo de la majestad trinitaria, del Padre al Espíritu.

El misterioso ángel de su izquierda sería el PADRE en su hieratismo escondido y misterioso, principio de todo en quien descansa el movimiento de las cabezas y de las aureolas, como una reverente aceptación de su voluntad por parte del Hijo y del Espíritu.

El poder del amor del Padre se manifiesta en la mirada del ángel de la izquierda. El es amor y precisamente solo puede revelarse en la comunión y puede ser conocido como comunión. (“Nadie viene al Padre sino por mi” Jn 14,6) es la más conmovedora revelación de la naturaleza misma del amor. No se puede tener ningún conocimiento de Dios fuera de la comunión entre el hombre y Dios, y esta es siempre trinitaria e inicia en la comunión entre el Padre y el Hijo. Hace comprender por qué el Padre no se revela nunca directamente. El icono muestra esta comunión cuya morada viva es la copa.

La figura central es la del HIJO, con su túnica sacerdotal, sus manos indicando la copa del sacrificio, revestido de una túnica y un manto que representan su doble naturaleza (humana, el color rojizo de la tierra y azul, de su divinidad). El Hijo como evidencia de la Encarnación redentora, con su rostro inclinado en actitud reverente de aceptación de la voluntad del Padre.

El Hijo escucha, las parábolas de su vestido muestran la atención suprema, el abandono de sí. El también renuncia así mismo para ser solo Verbo de su Padre. “las palabras que yo os digo, no las digo por mí mismo; el Padre que habita en mí es quien realiza sus propias obras”. Su mano derecha reproduce el gesto del Padre: la bendición.


El ángel que está a la izquierda es el ESPÍRITU SANTO. Tiene un rostro dulce, tierno, maternal, casi femenino. Es el consolador. Su actitud es de servicio, de oblación, de colaboración; se inclina obediente; se lanza en la colaboración total a los planes del Padre y del Hijo. El color verde de su vestido nos habla de juventud y de vida: Espíritu vivificante, juventud de Dios, rejuvenecedor de la Iglesia, escondido y presente, eco de las palabras del Credo: “Creo en el Espíritu Santo, Señor y Dador de Vida”

La dulzura del ángel de la izquierda tiene algo de maternal. ( Ruah= el espíritu en las lenguas semíticas es femenino. Los textos sirios lo llaman a menudo el consolador: Consoladora). Es el consolador, pero también es el Espíritu: el Espíritu de la vida. Es el que da la vida y de quien todo se origina. Por su inclinación y el impulso de todo su ser, está en medio del Padre y del Hijo: es el Espíritu de la comunión. El movimiento parte del él.

Con una tristeza inefable, dimensión divina del Agape, el Padre inclina su cabeza hacia el hijo. Parece que habla del cordero inmolado cuyo sacrificio culmina en el cáliz que bendice. La posición vertical del Hijo traduce toda su atención, su rostro está como cubierto por la sombra de la cruz; pensativo, manifiesta su acuerdo con el mismo gesto de la bendición. Si la mirada del Padre, en su profundidad sin fondo, contempla el único camino de la salvación, la elevación apenas perceptible de la mirada del Hijo traduce su consentimiento. El Espíritu Santo se inclina hacia el Padre; está sumergido en la contemplación del misterio, su brazo tendido hacia el mundo muestra el movimiento descendente: Pentecostés.


Las líneas del lado derecho del ángel central se amplifican a medida que se acercan al ángel de la izquierda. En el lenguaje simbólico de las líneas, las curvas convexas designan siempre la expresión, la palabra, el despliegue, la revelación; y por el contrario, las curvas cóncavas significan obediencia atención, abnegación, receptividad. El Padre está vuelto hacia el Hijo. Le habla. El movimiento que recorre su ser es el éxtasis. Se expresa enteramente en el Hijo: “El Padre está en mi. Todo lo que el Padre tiene es mío”.
 
 
Isabel Valverde Ortiz

jueves, 5 de septiembre de 2013

LA MALDICION..

" A principios del siglo XIV el Papa Clemente V y el Rey Felipe IV de Francia deciden ante el creciente poder del Temple, perseguirlo y condenarlo bajo cargos de Sacrilegio, Herejía e Idolatría. Muchos caballeros son capturados y torturados hasta que reconocen sus cargos, entre ellos El gran Maestre de la Orden Jacques de Molay, el cual, es condenado a morir en la hoguera en la plaza de la Catedral de Notredamme. Antes de morir, el líder Templario se retracta de lo declarado y maldice al Papa y al Rey... " Siglo XIV juicio al Temple Prisión para el último maestre, torturas en las prisiones. No hay piedad no hay perdones, no hay honor en las acusaciones. Preso en la cárcel espera su suerte, arderás dijo el papa Clemente, el rey Felipe saca ganancia debe al temple media Francia, su deuda morirá con ellos. No es honor solo dinero... Arda la llama calla la gente, la justicia no está presente. El humo ciega su mente, mas la ira se hace fuerte y cuando no podía más Gritó ! Desde el fuego abrasador, sonó tan alta su voz que hasta el mismo cielo oyó la maldición. La maldición... Al poco tiempo muere Clemente pronto morirá el siguiente, ha muerto el rey de Francia, se ha cumplido la venganza, no lo puedes olvidar... 
La maldición " Nekan, Adonai! Chol-begoal ".



Frey + Rodrigo Perello
CABALLERO DEL TEMPLE